3/16/2011

Programa Numero seis



HABLAMOS SOBRE EL SACRIFICIO EN LA VIDA CONSAGRADA Y EN GENERAL

 
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En este programa emitido por Radio María el 16 de marzo de 2011 hemos hablado acerca del sacrificio en la vida consagrada. Comenzando con lo que esa palabra significa, desde la antiguedad, es decir, el ofrecimiento total o parcial de los bienes o personas a Dios. 
Participamos del programa Roger Mendoza, María Davinia y Vicente Miranda. Nos preguntamos: ¿Valor del sacrificio en la antiguedad? ¿Qué sacrificaban? El sacrificio en la vida cristiana.
Todos los sacrificios tienen su sentido y culmen en el único Sacrificio de Jesucristo.De quien se dice al respecto en la carta a los Hebreos
"Esas ofrendas y sacrificios tenían que ver sólo con asuntos de comida, bebidas y ceremonias de purificación. Eran sólo reglas que servían únicamente hasta que Dios estableciera un nuevo orden.
Pero ya vino Cristo, el sumo sacerdote de las bendiciones que nos han llegado ahora. Cristo no presta servicio en una carpa como en la que servían aquellos sacerdotes sino en un lugar grandioso y perfecto, no hecho por seres humanos, que no es de este mundo.Cristo entró una sola vez al Lugar Santísimo del cielo. No ofreció la sangre de chivos ni becerros, sino su propia sangre, y de esa forma nos liberó verdaderamente y para siempre. Es cierto que la sangre de los chivos y de los toros, y las cenizas de la novilla se esparcían sobre los que no estaban limpios y los limpiaba por fuera. ¡Pero la sangre de Cristo puede hacer muchísimo más! Se ofreció a Dios como un sacrificio perfecto por el Espíritu eterno. Su sangre purifica nuestra conciencia del mal que hemos hecho para que así podamos adorar al Dios viviente."


A continuación una representación gráfica de la visión de Sor Lucía donde se ve la parte importante del sacrificio en la obra de redención que quiere la Santísima Trinidad.

             Visión (de la Sma.Trinidad) de Sor Lucía (Vidente de Fatima fallecida en 2005) en Pontevedra, España

En Junio del 1929, Lucía estaba ya con las religiosas, Hijas Doroteas, y describe esta aparición así:
"...de repente toda la Capilla del convento se alumbro de una luz sobrenatural, y una Cruz de luz apareció sobre el altar, llegando hasta el techo. En la claridad de la parte superior se podía ver la cara de un hombre y su cuerpo hasta la cintura. En el pecho había una paloma de luz, y clavado en la Cruz había el cuerpo de otro hombre. Por encima de la cintura, suspendidos en el aire, podía ver un cáliz y una gran Hostia, en la cual caían gotas de sangre del rostro de Jesús crucificado y de la llaga de su costado. Estas gotas, escurriendo en la Hostia, caían en el cáliz. Debajo del brazo derecho de la cruz estaba Nuestra Señora. Era Nuestra Señora de Fátima, con su corazón Inmaculado en su mano izquierda, sin espada ni rosas, pero con una corona de espinas y llamas. Debajo del brazo izquierdo de la Cruz, grandes letras, como si fuesen de agua cristalina, que corrían sobre el Altar formando estas palabras: "Gracia y Misericordia". Nos dice Lucía:` entendí que era el Misterio de la Sta. Trinidad que se me enseñó, y yo recibí luces acerca de este misterio, que no se me permite revelar".

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